Una de las cosas más maravillosas de viajar en bici es la posibilidad de recorrer el mundo sin un plan establecido, es poder llevar a cuestas las cuatro cosas que realmente necesitas y sentirte libre para dormir allá donde te hayan llevado tus pedales o, simplemente, en el lugar donde hayas decido parar. Sabemos que mucha gente no comparte esta filosofía de viaje, pero nosotros no entenderíamos un viaje de cicloturismo si no fuera de esta manera.
Acampar cuando se viaja en bici no es más que elegir un sitio a resguardo y plantar una tienda de pequeñas dimensiones donde pasar la noche, o bien echar al suelo una esterilla aislante, un saco de dormir y dejar que el firmamento y las estrellas nos sirvan de cubierta natural. Pero esto que a simple vista podría parecer algo sencillo, en algunas ocasiones puede ocasionar problemas porque no hay que olvidar que, normalmente, la acampada libre no está permitida salvo en lugares habilitados para ello. Esta es la teoría en la mayoría de los países, pero cuanto más rural es la zona por donde viajemos, muchos menos problemas tendremos. En cualquier caso, siguiendo unas pequeñas pautas, no deberías tener ningún problema. Allá van algunos consejos y recomendaciones:
- Dedica el tiempo necesario en buscar bien el lugar de acampada. Lo ideal son zonas boscosas en las que es fácil camuflarse y no ser visto.
- No olvides que cuanto más plano sea el terreno y menos irregularidades tenga, mejor vas a poder dormir.
- Elige un lugar aislado, con poco o nulo tránsito de personas.
- Espera hasta el anochecer para montar la tienda. Aunque resulte más incómodo montar la tienda a oscuras, es la mejor forma de no llamar la atención en exceso.
- Se discreto, no comentes con la gente tus intenciones de hacer acampada libre.
- Si no te ha dado tiempo a elegir bien la zona donde pasar la noche y ha oscurecido ya, intenta asegurarte de que no te encuentras en una propiedad privada, evitarás tener que salir corriendo en mitad de la noche. No será la primera ni la última vez que uno ha amanecido en mitad del jardín de una casa sin darse cuenta y al asomar la cabeza a la mañana siguiente se ha encontrado con la graciosa situación.
- Ata bien las bicicletas y, si puedes, anuda un cordel desde la bici hasta la tienda para despertarte en caso de que alguien ande rondando a nuestras queridas compañeras de viaje.
- Si hace buen tiempo y quieres hacer vivac, puedes utilizar el doble techo de tu tienda para evitar que el relente de la mañana (el rocío) moje los sacos.
- Recoge la tienda y todos los bártulos a primera hora del día, nada más amanecer, evitarás problemas con la gente local, ya que por regla general a la gente no le suele hacer mucha gracia ver tiendas plantadas en lugares no habilitados para ello y menos si es su jardín.
- Por supuesto, intenta no dejar rastro de tu paso con basura o desperdicios.
- Y como último consejo, disfruta de la experiencia, de la emoción de sentirte libre y confía en ti mismo y en la buena fe de la gente. En raras ocasiones tendrás algún problema que no se pueda solucionar con buen humor y respeto.
Así que ya sabéis CicloTravelers, dejaros llevar y si el lugar os convence, no dudéis en echaros a dormir bajo las estrellas.
¡Hasta la próxima, viajeros!