Desde CicloTraveling queremos mostrar nuestro apoyo más rotundo a todas las Asociaciones de Usuarios de la Bicicleta que, de una forma u otra, están en contra del proyecto de reforma del actual Reglamento General de Circulación por el que se pretende hacer obligatorio el uso del casco para circular por la ciudad en bici.
Como bien sabéis, además de ser apasionados de los viajes en bicicleta por el mundo, en CicloTraveling también somo usuarios habituales de la bicicleta, pues consideramos que ésta constituye el medio de transporte más eficaz, eficiente y ecológico que existe para realizar desplazamientos de corta y media distancia dentro de las ciudades. Además:
- No contamina
- No hace ruido
- Consigue que hagamos del desplazamiento habitual un ejercicio saludable
- No consume recursos energéticos
- Y hace de las ciudades lugares mucho más agradables para vivir porque reduce el ritmo de circulación y el estrés que provoca el tránsito motorizado.
¿Se puede pedir más a una herramienta tan sencilla?
Obligatoriedad del casco en las ciudades
En tema de obligar al uso del casco en las ciudades, de primeras, puede parecer que tiene cierta lógica si basamos esta afirmación en la protección del ciclista. Al igual que tiempo atrás se hizo obligatorio el uso del cinturón de seguridad en los coches o el casco en las motos y ciclomotores, podría parecer que en este caso tiene sentido, pero en el tema de la bicicleta urbana, el asunto cambia y no poco, y os trataré de explicar por qué.
La promoción del uso de la bicicleta en las ciudades siempre viene ligada, casi inexcusablemente, a la promoción del transporte público, a la reducción de la velocidad de los vehículos a motor en las ciudades (calmado del tráfico), a la recuperación de espacios para los peatones, para los ciudadanos y, en definitiva, a la remodelación del concepto de ciudad que se ha venido desarrollando hasta la actualidad para construir nuevos núcleos de población pensados no para los coches sino para las personas (ver entrada La bicicleta como elemento de equidad ciudadana). En este contexto, en muchas ciudades europeas y españolas se han empezado a construir infraestructuras para facilitar la movilidad en bicicleta con carriles bici, por desgracia, no siempre bien diseñados, pero que en muchos casos cumplen con el objetivo principal que es que éstos vayan por la calzada, para no quitar espacio a los peatones, pero estén segregados del tráfico motorizado para garantizar la seguridad de los usuarios que los utilizan, los ciclistas.
Si partimos de este esquema, es fácil entender que la totalidad de las Asociaciones de Usuarios de la Bicicleta de este país y del resto de Europa se opongan a la obligatoriedad, que no al uso, del casco en las ciudades puesto que entendemos que si se impone se estará haciendo un flaco favor a las iniciativas de bicicletas públicas que tan buenos resultados están teniendo en muchas ciudades como Barcelona, Sevilla, Córdoba, San Sebastián, Burgos o Vitoria entre otras ya que se perderá el principal atractivo de este servicio que es el de ser un medio versátil que pueda ser utilizado por cualquier persona que lo requiera en cualquier momento. Si hay que llevar casco, esta ventaja sobre otros transportes se cae por su propio peso. Por otro lado, la obligatoriedad del casco transmite al ciudadano una imagen de riesgo y peligro, hecho que es totalmente falso si se apuesta por unas infraestructuras adecuadas para la circulación segura de las bicicletas. Parece más lógico pensar que se deba trabajar más en aquellos factores que provocan que la utilización de la bicicleta en determinadas ciudades sea un riesgo, en vez de poner un parche para ocultar la dejadez que, desde la Administración, se tiene con este asunto.
En países como Holanda, Bélgica, Dinamarca o Alemania no es obligatorio el casco y no es por casualidad. En estos países hace ya muchos años que se apuesta por la bicicleta y por su promoción y han comprobado que si existen unas infraestructuras adecuadas, el riesgo de accidente se minimiza tremendamente y la gravedad de los que ocurren es mucho menor.
Así, nosotros recomendamos el uso del casco para circular por la ciudad pero principalmente porque éstas todavía no están bien acondicionadas para circular con seguridad, pero estamos totalmente en contra de que se obligue a su uso sin implantar unas políticas activas de fomento de la bicicleta como medio de transporte ideal para las ciudades del siglo XXI.