Albert Sans y su “Vidaje”
Albert Sans es un cicloviajero muy especial. Podríamos decir que es un músico con el extraño sueño de descubrir el mundo con sus propios ojos a lomos de una bicicleta. En el año 2011 dio el primer paso para hacer de aquella ilusión una realidad y se convirtió en un cicloviajero nómada. Hoy vive recorriendo los rincones más maravillosos de este planeta junto a Tita, su guitarra y a Ona, su bicicleta.
Lo mejor de todo es que además a Albert le encanta recoger la esencia de todo lo que toca, ve o siente a través de sus fotografías, sus vídeos y su música. De esta forma, los que estamos al otro lado podemos disfrutar de su viaje de una manera extraordinaria. Y para muestra su último documental:
VIDAJE, tras la mirada del nómada
Cuando vimos el documental de Albert hace unas semanas, sencillamente nos enamoramos de él. Su calidad humana, su sencillez, la frescura de sus narraciones y la posibilidad de conocer un poco más de su filosofía de vida a través de sus canciones, nos enganchó. Así que decidimos hacer la entrevista a Albert Sans para saber más.
Entrevista a Albert Sans
¿Quién es Albert Sans? ¿Cómo te definirías?
Ahora mismo me definiría como un nómada, también como alguien bastante feliz. En cuanto a profesión y etiquetas, si soy algo, imagino que soy un tipo de artista autodidacta: Cantautor, compositor, videorealizador… aprendiz de mucho, maestro de nada.
¿Cuándo empezaste a soñar con recorrer el mundo en bicicleta y quién o qué te dio la fuerza para dar el primer paso?
En mi caso desde bien pequeñito cuando veía los documentales de viajes, naturaleza o ciencia ya deseaba ver con mis propios ojos todas esas maravillas. Pensaba… Esas personas son reales, tienen esas vidas tan distintas de toda la rutina de ciudad que me rodea, ¿Será que yo algún día puedo hacer algo parecido? Siempre lo tuve en mente y como objetivo.
Luego llegaron los libros de vueltas al mundo, viajeros nómadas en barco, furgoneta, bicicleta…
Pero todo se posponía, la vida, las excusas, los miedos, te van atrapando… Recuerdo que un día me quedé impresionado con el ejemplo de Albert Casals, que viajaba por el mundo desde que era un crío sobre su silla de ruedas. Su optimismo y sencillez me dieron una gran colleja que me marcó.
Más tarde conocí en primera persona a Marc Hors, que estaba viajando por el mundo en bicicleta desde hacia años y fue el que me presentó como algo real y cercano eso de cicloviajar. Le fui siguiendo en redes y al final me decidí por intentarlo en bici.
¿Cuál fue tu plan inicial de “VIDAJE” y cómo se fue modificando con el tiempo?
Empece por Brasil, muy titubeante, inseguro… Es algo normal, el propio viaje fue mostrándome que no hacia falta pensar y asegurar tanto cada paso, que todo fluía y salía bien. Luego vino percibir que muchos cicloviajeros tienen un proyecto de vuelta al mundo, una fecha de vuelta, un recorrido proyectado, año sabático… y en mi caso, no me sentía cómodo con ese ritmo. Tarde años en domar esa inercia, pero al final lo conseguí y ahora si llego a un lugar lindo y entro en un circulo de amistades o lugar que me interesa, me quedo semanas o incluso algún mes si así lo siento, a conocer, experimentar, profundizar…
Si un día a 10 km de la salida aparece una maravilla inesperada, paro y la disfruto. No cuento kilómetros, los canto. No pienso en rutas, países, años… los intuyo, los encuentro. Por eso subtitulo mi VIDAJE como La vuelta al mundo más lenta de la historia. Como dicen por aquí en Brasil, un día de cada vez.
Tu faceta de músico encaja a la perfección con el tipo de viaje que estás haciendo, ¿qué significa la música para ti y cómo te ha ayudado en todo este tiempo que llevas pedaleando el mundo? ¡Pocos cicloviajeros llevan una guitarra a cuestas…! 😉
Sí, es muy importante TITA (la guitarra), incluso he grabado un tercer trabajo en mitad del viaje con el equipito nómada que llevo, el álbum Desliza2. (Albertsans.com/musica)
La música/guitarra para mí es irrenunciable, antes fue mi trabajo, ahora solo está reservado para expresarme y compartir quien soy y lo que pienso/siento. Voy componiendo más lento que nunca, sin prisa, como el ritmo del viaje.
No toco en la calle, es algo que en mi caso no me encaja, me quema… lo hice solo un poco al principio, pero no es mi vocación. Me gano la vida con proyectos de video y la música es solo para compartir en hamaca con amigos o un concierto más organizado y preparado.
La primera guitarra sufrió mucho y a mitad del viaje con la nueva adapte la bicicleta con una extensión de cuadro para poder llevar la nueva mucho mejor. Para quien quiera saber hablo de ello en la sección sobre el material en mi web: albertsans.com/material
Hemos podido disfrutar de tu impresionante documental: “VIDAJE, tras la mirada del nómada” y sencillamente nos ha fascinado. La calidad de las imágenes, la narración desenfadada, tus propias canciones,… pero lo que más nos ha gustado ha sido el enfoque hacia las cosas pequeñas, los detalles. ¿Siempre tuviste en mente hacer un documental como este de tu aventura? Hay mucho trabajo de edición detrás ¿Has tenido que parar de viajar para hacerlo?
Gracias, me alegro mucho que os gustase, es un documental distinto, toca temas no tan habituales e incluso la edición lleva un ritmo poco habitual, eso es un riesgo pero está teniendo muy buena acogida, estoy muy muy contento.
Son muchos años filmando, no tenia en mente un guión, solo rodaba lo que mi ojo me pedía, lo guardaba y clasificaba para en un futuro hacer un documental, sí, pero sin una idea previa clara. Las ideas claves a compartir quería sentirlas y encontrarlas a posteriori, con el tiempo, sin buscarlas o forzarlas.
La verdad es que he invertido muchísimo tiempo, unos 7 meses de edición (sin contar lo incontable del previo con las filmaciones y clasificación etc…) con mi humilde equipo ya desfasado y lento. Mucha paciencia, mucho ensayo y error, muchos detalles, cuidados, reflexiones, encontrar el tono, el estilo, descartar, priorizar… Una odisea que nadie imagina, pero ha valido la pena, el resultado es incluso mejor del que imaginaba.
La única parte mala ha sido tener que parar el viaje prácticamente, pedaleaba una semana y llegaba a un camping o a otro lugar y les ofrecía hacer un video trueque a cambio de poder estar allí un buen tiempo editando concentrado y tranquilo. Ha sido duro, me faltaba el aire, la libertad de la bici… la rutina no buscada me mata, pero era necesaria esa estabilidad para poder trabajar en un proyecto de este tipo.
Algunas tomas de tu documental están hechas con un dron, pero sabemos que el uso de drones a veces da problemas por las restricciones que hay en muchos países. ¿Has tenido algún problema para volarlo o para cruzar alguna frontera con él? ¿Qué dron has usado?
No he tenido problemas, por ejemplo aquí en Brasil lo he registrado en la base de datos como debe ser y he respetado las limitaciones. Además procuro volarlo en lugares totalmente aislados, rutas sin un alma en las que no pueda molestar a nadie ni sufrir problemas de interferencias etc…
Hace casi dos años compré el primero, un pequeño y asequible Yuneec Breeze, que pese a no ser espectacular cumplía con lo básico. Lo malo es que lo perdí, un día se volvió loco y se fue volando hacia el infinito en una zona desértica en el norte de Argentina. El pueblo me ayudo a buscarlo durante una semana, pero no lo localizamos, era una aguja en un pajar…
Ahora en este último tramo he comprado el Mavic Air, una autentica joya con el que he filmado varias escenas que he incluido en el documental, además parece mucho más fiable que el pequeño breeze -toco madera.
Además de para el documental, es mi herramienta de trabajo para los videos que hago para ganarme la vida.
Y en relación con el viaje en bicicleta en sí, cuéntanos un poco acerca de tu equipo/logística:
-
a. Bicicleta (Marca. Modelo. Características). ¿Cómo es ONA y por qué te enamoraste de ella?
La bicicleta ONA, es una Villiger montada en Espaibici. La compré de segunda mano a un amigo de Marc que solo pedaleó pocos meses. Ella estaba en Sao Paulo y era una buena oportunidad, así que por Brasil arranqué.
Es azul y me gusta el surf, por eso la llamo Ona (Ola en catalán) sobre ella surfeo el planeta. Le hablo y la adoro, se porta muy bien para el trote que le doy. ¡Hasta tiene un capítulo en el documental!
-
b. Comida. ¿Cómo te organizas para comer, cocinar, etc.?
Para comer llevo mi horno multi-fuel y cocino casi a diario. Me gusta cocinar pero a veces, si encuentro un menú bien barato, sale incluso más barato que comprar todo y cocinar. Por las noches sí que casi siempre cocino y durante el día pues tiras de banana, frutos secos y pan con queso…
-
c. Dormir. ¿Sueles hacer acampada libre? ¿usas Warmshowers/Couchsurfing?
Para dormir suelo hablar con la gene del lugar y ubicarme, nunca acampo a lo loco, es una de mis rutinas de seguridad. Tú puedes sentir que el lugar es lindo y tranquilo, pero no lo conoces y por la noche puede ser una zona más peligrosa o ser de transito de alguien inesperado. Es mi humilde opinión y experiencia (muchos asaltos de compañeros ocurrieron con esa premisa) creo que es mejor preguntar bien, o pedir permiso para dormir en un terreno de alguien que hacerlo a lo loco. Obviamente en lugares muy solitarios y salvajes no hace falta. Pero en zonas semi rurales aparentemente tranquilas yo prefiero asegurar. Luego, lo habitual: escuelitas, bomberos, polideportivos, etc… y sí, Couchsirfing, Warmoshowers (ahora os escribo desde la casa de uno) 😉
-
d. Economía. ¿Cuáles son tus principales fuentes de ingresos para financiar tu viaje? ¿Cuál es tu gasto medio hasta ahora?
Mi única y principal fuente de ingreso ha sido trabajar en proyectos audiovisuales durante el camino. Llego a una zona turística y contacto con posadas, hoteles, restaurantes y les ofrezco mis servicios de video-realizador. Paro, trabajo, y con ese dinero, viajo unos meses más tranquilo sin tener que estar día a día buscándome la vida.
Mi sueño es poder, a partir de ahora, vivir de los documentales y la música que vaya creando. Este primero, que genere lo suficiente para el segundo y así sucesivamente.
Mi presupuesto aproximado es de unos 200 dólares mensuales, incluso menos.
Si pudieras volver a atrás, ¿qué cambiarías del viaje que llevas hecho hasta ahora?
Nada, soy feliz y las cosas que me han llevado hasta aquí incluso las malas, forman parte de la vida y el camino. Soy muy de vivir en el ahora y en cada hora del pasado volvería a hacer lo mismo. Pero bueno, entiendo la pregunta y quizás si supiese lo que sé ahora, desde el principio habría ido más a un ritmo tranquilo y no pedaleando y avanzando rápido saltándome muchos rincones que tenían mucho por ofrecer.
¿Qué momento de tu viaje te vuelve una y otra vez a la memoria y te hace sonreír?
Son muchos, la primera vez que sentí que después de comer no me preocupaba donde iría a dormir y sabía que todo iba a salir bien. Fue perder el miedo, fluir… Cuento ese momento en el docu.
Luego, paisajes y experiencias inolvidables. El cruce del atlántico a vela, los Lençois Maranhenes, Cabo Polonio, Ilha Grande, la Chapada Diamantina, Iguazú, el Perito Moreno, Los días en la Carretera Austral con cicloviajeros de todo el mundo, rincones y momentos anónimos que fueron puro oro, amores…
Recorrer el mundo en bicicleta es uno de esos sueños que muchos tenemos debajo de la almohada, así que verte a ti haciéndolo nos encanta pero ¿qué plan tienes de aquí a 5 años? ¿Tienes dibujado, aunque sea mentalmente, lo que te queda de viaje?
No, os juro que no se apenas que será de mí de aquí a un mes. Estoy abierto a todo, a seguir pedaleando hasta mis últimos días, a pasar navegando por el mundo, a parar durante un tiempo en tal lugar, en ir al Sur, al Norte… ni idea, y me encanta que sea así. El futuro rara vez es como imaginábamos, así que prefiero que me sorprenda y no que me frustre, decepcione o influya lo proyectado previamente.
Viajar durante tanto tiempo te obliga a alejarte físicamente de las personas que quieres, ¿cómo has gestionado hasta ahora los afectos?
Ha sido sin duda lo más difícil, especialmente en momentos duros en los que te gustaría estar ahí para ayudar o dar un abrazo o en los propios que necesitas ese cariño especial de confianza. Pero es un precio que hay que pagar por vivir tu vocación y sueños y, además, hoy en día, el día a día es mucho más llevadero con las nuevas tecnologías.
¿Cuál es la enseñanza más importante que te ha dejado hasta ahora el VIDAJE?
El minimalismo, la sencillez, con 4 cosas colgando de una bicicleta, soy más feliz que nunca. Duermo, como, amo y vivo igual que Bill Gates o cualquiera…
Menos preocupaciones, facturas, cadenas… ganas de libertad, ligereza y “superhabit” de tiempo para disfrutar del planeta y las experiencias de lujo que uno puede vivir al poder estar ahí. Sin duda es mi gran tesoro que no pienso perder nunca.
Seguro que muchos de nuestros lectores están soñando con hacer un viaje como el tuyo, ¿qué les dirías o recomendarías?
Que un gran paso asusta a veces… es mejor dar uno intermedio, unas largas vacaciones experimentando ese sueño y enamorarte perdidamente de él. Yo me fui a Marruecos con una mochila y ni un solo duro, a perderme y experimentar como me sentía siendo un nómada y teniendo que buscarme la vida. Era un riesgo controlado, cerca de poder volver y sin apostarlo todo. Ahí me enamore de esas sensaciones y decidí que daría el gran salto del cambio de vida.
Divide y vencerás.
Esperamos que os haya gustado la entrevista tanto como a nosotros.
¿Cómo colaborar con Albert Sans?
Seguro que después de leer la entrevista os ha picado el gusanillo y muchos de vosotros habéis pensado que os gustaría poder colaborar con Albert. El documental VIDAJE está en la plataforma Vimeo y para verlo entero se puede pagar un pequeño alquiler con lo que su autor recibe un porcentaje. Además, Albert vende en su web algunas de sus fantásticas fotos a través de la web. Os dejamos los enlaces:
- Web de Albert Sans: http://www.albertsans.com/
- Canal de Vimeo: https://vimeo.com/albertsans
- Donando para un café o lo que se pueda: Paypal
¡Hasta la próxima CicloTravelers!