¿Se puede hacer cicloturismo con un bebé?
La respuesta es sí, se puede viajar y hacer cicloturismo con un bebé. La experiencia de ser padres es una de las cosas más maravillosas que nos pueden ocurrir en la vida. Los hijos llegan a nuestras vidas para agitarnos por dentro y por fuera. De una forma u otra, nos obligan a replantear todo nuestro día a día y los proyectos que teníamos en mente.
Como todo en la vida, el secreto para no morir en el intento es adaptarse a los cambios. Efectivamente, desde el mismo momento en que temblorosos sostenemos a nuestro retoño entre las manos, nuestra mente empieza a trabajar para adaptarse a la nueva situación. Todos esos viajes en bicicleta con los que habíamos soñado, esos países que íbamos a recorrer a golpe de pedal pasan de golpe por delante de nuestros ojos difuminándose poco a poco…
Hasta que un día, movidos por la pasión que siempre nos ha mantenido arriba, decidimos tomar cartas en el asunto y buscar alternativas, soluciones a ese anhelo que teníamos en la cabeza. Lo importante es estar convencido de que sé puede y lanzarse a ello.
La primera vez
La primera vez que hicimos un viaje de cicloturismo con nuestros hijos, la mayor tenía tres años y el pequeño tan solo año y medio. El viaje que hicimos ya os lo contamos con pelos y señales en el artículo Las Landas en bicicleta y en familia, un placer para los sentidos. Como sabéis, aquel viaje fue orientado totalmente a ellos, pensando en todo momento en sus necesidades y en hacer del viaje una experiencia única e irrepetible para ellos. Adquirimos un remolque Charriot Cougar 2 para poder llevarlos con comodidad y nos lanzamos a la aventura. Los peques disfrutaron como nada. El contacto con el entorno, la rutina de montar y desmontar la tienda de campaña, de hacer la comida cada día, de cambiar de paisaje en cada jornada les fascinó. Luego, un año más tarde, hicimos el Canal del Garona con ellos y la experiencia fue mejor aún.
Con la experiencia
Ahora, acabamos de tener a Álvaro, nuestro tercer hijo. Y, aunque a priori os reconocemos que la cosa parece que se complica, estamos dispuestos a seguir mostrándoles el mundo a los tres desde la perspectiva privilegiada que siempre ofrece la bicicleta. Nos vamos al sur de Francia, a la zona de Pau, y para ello vamos a llevar los siguientes dispositivos y adaptadores:
- Remolque para dos niños Charriot Cougar 2
- Hamaca Sling de Thule para el remolque Charriot Cougar 2 para llevar a Álvaro (bebé de 4 meses)
- Sistema para remolcar una bici de niño tipo tándem FollowMe
- 1 bicicleta de niño de 16″
- 2 bicicleta de cicloturismo de 28″
Remolque Charriot Cougar 2
Del remolque Cougar 2 ya os hablamos en el artículo Croozer Kid 2 y Chariot Cougar 2, dos fantásticos remolques. Después de varios años llevando a los peques a la guardería y al colegio, de muchas salidas de fin de semana y de varios viajes, sigue siendo una inversión que sentimos totalmente amortizada. A los niños les encanta y la facilidad de uso y su seguridad nos tienen convencidos. La única pega que le podemos encontrar es su tamaño plegado (107 x 80 x 25 cm), que dificulta su guardado y transporte. No todo el mundo tiene sitio para almacenarlo y hace falta un coche con maletero de dimensiones importantes para poder meterlo dentro o una buena baca. Por lo demás, es de diez.
Hamaca Sling de Thule
La Hamaca Sling es una de las últimas adquisiciones que hemos hecho para adaptarnos al nuevo miembro de la familia. De hecho, es por ella por la que nos hemos decidido a escribir este artículo sobre la posibilidad real de hacer cicloturismo con un bebé.
Aprovechando la estructura del remolque, esta sencilla hamaca se ancla al mismo. Utiliza los cinturones de seguridad que lleva el propio carro para que el bebé vaya seguro y muy cómodo. En principio, su vida útil es desde los 0 a los 20 meses. Aunque a la vista de su tamaño dependerá mucho de lo grande o pequeño que sea vuestro hijo. El nuestro ha salido grandote (con 4 meses pasa ya de los 8 kg) y estamos seguros de que no llegará a los 20 meses sentado en la hamaca. Antes salta de ella él solito, ¡je, je, je! La verdad es que no nos importa mucho esta limitación porque con 14 ó 15 meses creemos que ya podrá ir cómodamente sentado en el propio carro.
Instalación
La instalación de la hamaca no tiene ningún misterio. Es muy sencilla. Primero se instala una barra transversal en los pies del carro. Con las cintas que lleva la hamaca se ancla a la parte superior de la estructura interna del carro y a la barra que hemos instalado. El propio sistema de sujeción del remolque se adapta a la hamaca a la perfección para sujetar al bebé con total seguridad.
Opinión
Bajo nuestro punto de vista, el único problema es que el bebé queda en una posición un poco adelantada con respecto a los asientos del remolque. Esto hace que el parasol del carro no le tape completamente, sobre todo a nivel de las piernas. Nosotros eso lo hemos solucionado cubriendo los pies y las piernas del bebé con una ropa fresca.
En las pruebas que hemos hecho hasta ahora, Álvaro se queda completamente dormido a los pocos metros de empezar a circular con la bici. Además, su hermano está feliz de poder ir a su lado cuidando de él.
Sistema tándem FollowMe
Sobre el sistema FollowMe tuvimos ocasión de hablaros, aunque fuera por encima, en el artículo Cicloturismo con niños I – ¿Cómo llevarlos? Por aquel entonces sabíamos de su existencia pero no lo habíamos probado. Ahora sí que nos hemos hecho con uno y es una verdadera maravilla.
La idea es poder remolcar la bicicleta del niño a modo de tándem, pero de una forma que permita anclar y desanclar la bici de manera fácil y rápida. De esta manera, el niño puede ir pedaleando en su bicicleta y cuando se cansa, anclar su bici a la del adulto para ser remolcada.
Sensaciones
Las sensaciones en modo tándem son muy buenas. Muy estable, sin vibraciones raras. La peque va disfrutando de ir en su bicicleta y le permite empezar a ser partícipe de las salidas de cicloturismo en familia. Cuando ella va pedaleando por zonas seguras, el sistema FollowMe se recoge y queda suspendido en la parte trasera de la bicicleta del adulto sin mayor problema.
El FollowMe permite llevar alforjas e incluso una silla de niño en el portabultos trasero porque la estructura va anclada al eje de la rueda posterior de la bici del adulto.
Os dejamos aquí un pequeño vídeo que hemos preparado para vosotros:
Conclusiones sobre como hacer cicloturismo con un bebé
Al final, todo depende de las ganas y la ilusión que cada uno de ponga a las cosas que hace en la vida. La adaptación a los cambios y la capacidad para ver en las dificultades motivos de superación es lo que nos hace crecer. Los viajes en bicicleta son una maravillosa forma de educar a nuestros hijos, de enseñarles lo diferentes y lo iguales que somos todos los seres humanos vivamos donde vivamos.
Es una forma de mostrarles que el miedo a lo desconocido solo debe ser una aliciente más para lanzarnos a descubrirlo y que, el mundo, desde la perspectiva de una bicicleta se ve más cercano, más humano, más amable.
Cada viaje es una nueva lección que, seguro, quedará en alguna parte recóndita de esas pequeñas cabecitas.
¡Un saludo, CicloTravelers!