Canal de Castilla en bicicleta, remolque y un bebé

El Canal de Castilla en bicicleta

Buscando alguna ruta ciclable con el remolque que estuviera cerca de Cantabria, pensamos en hacer el Canal de Castilla en bicicleta.

No hay que olvidar que el Canal de Castilla es una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes de la historia de España. Fue construido entre mediados del siglo XVIII y el primer tercio del XIX. Consta de 3 ramales, 207 km y un desnivel total de 150 metros. A lo largo del recorrido se encuentran esclusas, puentes, acueductos, dársenas, restos de molinos y fábricas de harina.

Canal de Castilla en bicicleta

La ruta del Canal de Castilla en bicicleta

Día 1. Desde Alar del Rey hasta Osorno – 41 km

Empezamos la ruta en Alar del Rey, con la intención de llegar a Frómista en bicicleta y volver en tren al punto de inicio, donde dejamos aparcada la autocaravana. Pero como solo había dos trenes al día e íbamos justos de tiempo, finalizamos esta primera etapa en Osorno.

Lo que más nos llamó la atención de Alar del Rey fue su gran parque (donde pernoctamos), el río y el inicio del canal, con una dársena y edificaciones anexas: almacenes y mazmorras. Al poco de pedalear ya encontramos la primera de las 49 esclusas que atraviesan el canal.

Durante esta primera etapa hicimos bastantes pausas al lado de las esclusas para que el peque pudiera jugar y estirar las piernas. A la altura de Herrera de Pisuerga pasamos por una pasarela sobre el río, la cual termina en una zona recreativa del embarcadero del barco turístico “Marqués de la Ensenada”, y un Centro de Interpretación del Canal de Castilla, desde donde se vuelve a tomar el camino de sirga, ya al otro lado del río. Continuamos pedaleando hasta llegar a Naveros de Pisuerga, donde comimos disfrutando de un entorno precioso.

Puente del Canal de Castilla

Día 2. Desde Frómista hasta Palencia – 52 km

Al día siguiente empezamos la ruta desde Frómista. Este pueblo nos gustó por su iglesia de San Martín, la cuádruple esclusa y el cruze del canal con el Camino de Santiago.

 

En esta segunda etapa también hicimos bastantes paradas para que el bebé jugara. Los puntos que nos gustaron más fueron la esclusa de Calahorra de Ribas y el contraste de color por la frondosa vegetación que envuelve la esclusa. También la del Serrón, donde se encuentran unas espectaculares antiguas fábricas de harinas. Comimos y descansamos a la sombra de una fábrica.

Remolque en el Canal de Castilla

Finalmente a la altura de la ciudad de Palencia nos desviamos del canal para llegar al centro de la ciudad por un carril bici, coger el tren de regreso a Frómista e irnos para casa.

Características de la ruta

La primera etapa se hace bastante bien, sin problemas con el terreno, sin embargo, en la segunda el terreno es más irregular, con bastantes piedras en el camino que dificultaban el acceso con el remolque, sobretodo entre Frómista y el Serrón (el punto donde se divide el canal). A partir del Serrón, el terreno vuelve a encontrarse en mejor estado, con lo que ciclar hasta Palencia fue una gozada.

Esclusa en el Canal de Castilla

Uno de los puntos más espectaculares del recorrido fue la triple esclusa de Calahorra de Ribas (segunda etapa), por su inmensidad y por el contraste de paisaje, volviéndose verde y boscoso durante unos kilómetros. Otra esclusa que nos gustó mucho fue la esclusa de Frómista, al igual que el propio pueblo.

En cualquier caso, para nosotros, lo más impresionante fue poder atravesar los inmensos campos de Castilla, al lado de una hilera de árboles y el agua del canal, con toda la biodiversidad que conlleva. De hecho, pudimos ver alguna liebre, cigüeñas, patos y unos cuantos mosquitos…

Críticas al trazado

En el tramo que hicimos del Canal de Castilla en bicicleta echamos en falta alguna zona con árboles para poder sentarse a descansar a la sombra, algún bar o sitio dónde acudir si tienes algún problema con la bicicleta y mejoras en el pavimento entre Frómista y el Serrón.

Canal de Castilla en bicicleta

Y como pasa con frecuencia en este tipo de rutas en España, otro problema es el logístico ya que en el tren solo permiten ir un número determinado de bicicletas. Nosotros tuvimos suerte y aunque ya se había completado el cupo permitido, nos dejaron subir. De todas formas, nuestro plan B consistía en que uno se iba en el tren a por la autocaravana mientras el otro esperaba con el bebé, la bicicleta y el remolque en la estación.

Conclusiones

La excursión en general es muy recomendable, adecuada tanto para caminantes como ciclistas, y también para ir con el remolque. En total han sido unos 93 km.

¡Ya ttenemos ganas de continuar la ruta y hacer los tramos que nos faltan!